Aqui pondré opiniones mias y chistes, para alegrar la visita que hagan al blog…procurando no ofender…y cualquier opinión será mas que bienvenida.

Archivo para febrero, 2015

Frases que entienden los mexicanos

Es muy cierto… pese a que en otros países, España incluido, hablan español (castellano), los mexicanos tenemos un modismo muy típico de nuestro país que hace que los demás hispanoparlantes (órale) nos vean con cara de what… y a veces ocurre lo mismo entre los mismos mexicanos. Aquí dejo unos 13 ejemplos (aunque creo que hay muchos mas). Saludos: GZ

Fuente: http://matadornetwork.com/es/13-frases-que-solo-los-mexicanos-entienden/

“¡Ya nos cayó el chahuiztle!”

El chahuiztle es una plaga que afecta a muchos cultivos de interés alimenticio. Cuando nos cae el chahuiztle queremos decir que nuestros problemas están a punto de empeorar, como quien dice “ya valió madre”. Algunas personas equivocan la frase y suelen decir “¡ya nos cargó el chahuiztle!”; afirmación evidentemente incorrecta, ya que el chahuiztle es un hongo y es bien sabido que los hongos no tienen brazos con los cuales cargarnos. Existen, sin embargo, otros personajes que si nos pueden cargar como el payaso, la tiznada, pifas, el coco y la chingada (esta es mención aparte….para otra ocasión).

“¡Le andas dando vuelo a la hilacha!”

¡Atáscate que hay lodo! Darse vuelo se refiere a esa saludable actitud de seguir hasta que el cuerpo aguante… y un poquito más. La hilacha (literalmente un pedazo de tela cualquiera) representa tu fuente de placer favorita o la que esté más a la mano en el momento que decides darle vuelo.

“¿Te doy un aventón al metro?”

Lejos del tono eutanásico que podría tener esta frase si se toma muy literal, lo único que está expresando es nuestro bondadoso deseo de acercarte a tu destino. No hay necesidad de entrar en pánico.

“Tu cuate el fresa me cae bien gordo”.

Quiere decir: Ese amigo tuyo es demasiado [cheto, popis, pijo, creído, cuico, pituco o cualquiera de sus equivalentes] y no simpatizo con él en lo absoluto.

“¡Ya, afloja!”

El significado de esta frase dependerá del contexto, los interlocutores y el objeto a aflojar. Pedirle a alguien que afloje el varo implica el cobro de alguna deuda; pedirle a un amigo que afloje alguna de sus pertenencias es una solicitud de préstamo; mientras que pedirle a alguien que te gusta que afloje, sin más especificaciones, siempre deberá interpretarse como una invitación a que afloje las nalgas, o sea, a disfrutar de un rato de sano esparcimiento. Ahora que si un desconocido con mala actitud te pide que aflojes… probablemente estás siendo víctima de un asalto.

“Amárrate esas pinches agujetas que te vas a dar un ranazo”.

Uno de esos cariñosos consejos que las madres mexicanas suelen dar a todo pulmón, es también una frase inescrutable para todo hispanohablante que no conozca al menos uno de los dos localismos involucrados. Las agujetas son los cordones de los zapatos y un ranazo es el típico madrazo que se meten los niños, por ejemplo, cuando no se amarran las agujetas.

“Fui a chacharear un rato”.

Quiere decir que alguien tiene demasiado tiempo libre y no tiene la menor idea de qué hacer con él. Chacharear es una forma de procrastinar que involucra ir a tu centro comercial, tianguis o mercado más cercano sin un objetivo específico y sin la mínima intención de comprar nada. Actividad muy socorrida cuando uno sale de vacaciones.

“Me quedé echando la hueva todo el día”.

Otro caso de alguien con demasiado tiempo libre, pero sin la iniciativa de (por lo menos) ir a chacharear. Alguien que admite estar echando la hueva está orgulloso de su condición de huevón y busca ser la envidia de todo aquel que no se pueda dar el mismo gusto.

“¡Sepa la bola!”

Frase por demás curiosa que sustituye a un simple no sé, pero que apela a una entidad abstracta (la bola en este caso) que se las sabe de todas todas. La bolade esta frase apela a los levantamientos populares en la época de la Revolución Mexicana, cuando dicha bola se la pasaba armando desmadre aprovechando el clima de inestabilidad social. Yo prefiero pensar en una bola mística omnisciente que alberga en su redondez todas las respuestas de la humanidad.

“Mi bici no es nueva pero da el gatazo”.

Uno de los pocos ejemplos en los que el sufijo azo no tiene valor aumentativo ni lleva un madrazo implícito. Dar el gatazo quiere decir guardar las apariencias. Cosas, personas, perros y gatos pueden aparentar ser algo distinto a lo que son y así dar el gatazo.

“Me hace lo que el viento a Juárez”.

Esta frase tiene todos los elementos necesarios para convertirse en un clásico: involucra fuerzas de la naturaleza, personajes históricos y aunque todos los mexicanos entienden su significado, nadie sabe a ciencia cierta de dónde viene. Aunque las teorías que justifican por qué a Benito Juárez el viento no le hizo nada, ninguna prevalece sobre las otras. Yo me quedo con la versión de que ni los vientos más huracanados tenían la capacidad de despeinar a Don Benito a consecuencia de algún menjurje que se embarraba en el pelo todas las mañanas. Ese peinadito no era obra de la casualidad, se los aseguro.

“¡Rífate por la banda!”

Expresión con connotaciones de juego de azar y fútbol que es muy utilizada entre amigos (la banda) para exigir a alguno de sus miembros que haga un esfuerzo extra (que se rife) en nombre del bien común o del bien del que habla. En este caso rifar cambia su acepción de sortear por la de arriesgarse… arriesgarse a pagarle la cuenta a tus amigos, a pasar por ellos, a acompañar a alguno a una reunión familiar aburridísima, etcétera, etcétera.

“Ahí nos vidrios”

O sea que aquí se rompió una taza… y ya saben lo que eso significa (cada quien para su casa)

Fuiste creado por madre mexicana si…

Muy bueno también… ¿a quién no le tocó oír a su madre alguna de esta frase? (o alguna parecida)… saludos: GZ

Fuente: http://matadornetwork.com/es/12-senales-de-que-fuiste-criado-por-una-madre-mexicana/

12 Señales de que fuiste criado por una madre mexicana…

Aprendiste que “no se dice qué, se dice mande”. Probablemente una de las frases más repetidas por generaciones de madres mexicanas. Bien puede decirse en tono sutil, exigente o ser seguida de un coscorrón. Es responsable de una de las muletillas más arraigadas en nuestra cultura.

Sabes que tu buena conducta está siendo evaluada… por seres sobrenaturales. Los Reyes Magos, Santa Claus, el ratón de los dientes y demás entes paranormales siempre están observándote, SIEMPRE. No importa si falta medio año para las fiestas de Navidad o si ya terminaste de mudar dientes. Y sí eso no fuera suficiente, siempre tenemos al Coco que, aunque nadie tiene muy claro qué o quién es, desquita su ira contra los niños que no se quieren ir a dormir.

Aprendiste lo importante que es terminarse la sopa. Porque si no te terminas la sopa: no te levantas de la mesa, no hay postre, no sales a jugar, no hay tele, no vas a casa de tus primos, no hay regalo de cumpleaños y, para acabarla de chingar, no vienen los Reyes Magos. A esa tortura súmenle el recordatorio constante de los miles de niños que se están muriendo de hambre alrededor del mundo y que darían lo que fuera por tener tu sopa.

Aprendiste que a veces es necesario insultarte a ti mismo para enfatizar tu enojo. Esta es una consecuencia del florido lenguaje mexicano y su costumbre de darle un carácter de comodín a la palabra madre. No hay madre mexicana encabronada a la que no se le escape un eventual “¡Hijo de la chingada!” al calor de una discusión. Ante esta situación evita reírte… sólo atizarás el fuego.

Desarrollaste un miedo irracional al señor de la basura. Por lo menos una vez tu mamá te ofreció como regalo al señor de la basura, o al señor del gas o a cualquier inocente prestador de servicios con la fabulosa frase “¿Verdad que usted se lleva a los niños que se portan mal?”, con el consecuente regocijo de dicho personaje que siempre responde afirmativamente. ¿Cuántas ofrendas de niños malcriados no recibirá el señor de la basura en su tránsito diario por la ciudad?

Aprendiste a definir tu casa por todo lo que no es. Porque no es hotel, no es bar, no es restaurante (y te comes lo que hay) y no es un centro social. Después de todo “no te mandas solo”, “a esta casa me la respetas” y “ya harás lo que se te pegue la gana cuando tengas tu propia casa”… “y ya no quiero tener a tus amigos aquí todo el santo día ¿qué no los quieren en su casa?”

Aprendiste a curar miles de malestares con pocos recursos. No hay mal que no sucumba ante el poder del té de manzanilla, el té de bugambilia, la sal de uvas, el bicarbonato, el árnica, el mezcal, el VapoRub, un hilito rojo o la combinación de dos, tres, o todos estos elementos. Si todo falla, siempre está el “cajón de las medicinas”.  

Aprendiste quebrados antes de tus clases de matemáticas en la escuela. A todos nos ha tocado recibir una letanía que involucra los famosos “ocho cuartos”, cuyo verdadero significado y relevancia matemática parece ser dominio exclusivo de las jefas. Los ocho cuartos sirven para contrastar todo lo que, para tu mamá, son artes obscuras e indignas del espíritu humano. Qué fiesta ni que ocho cuartos, qué novia ni que ocho cuartos, qué cerveza ni que ocho cuartos, qué nintendo ni que ocho cuartos y así.

Alguna vez te mandaron por una ramita de tenme acáNo sé si las mamás modernas sigan aplicando esta finísima frase, pero a mí si me mandaron en muchas ocasiones por la dichosa ramita (siempre en resguardo de abuelos, tíos o algún otro familiar). El objetivo es deshacerse del chamaco por un rato sin que este se de cuenta que su ausencia es requerida. La operación resulta exitosa mientras el niño no repare en que nunca nadie le da la ramita.

Sabes remedios para enfermedades que no entiendes. Sabes que el mal de ojo se evita con una prenda roja o con un ojo de venado, el espanto se cura con una limpia y es muy posible que alguna de tus abuelas te haya curado de empacho jalándote endemoniadamente la piel de la espalda. Que qué es el mal de ojo… eso sí que es un misterio.

Sabes darle la vuelta a la tortilla. Voltear tortillas en un comal no es tarea fácil; implica destreza, valor, rapidez y determinación. Si muchos mexicanos lo hacen ver como si fuera cualquier cosa es porque, pese a las quemadas y reticencias, fueron bien entrenados.

Aprendiste a valorar todos los sacrificios e historias que tu mamá hizo por ti para hacerte una persona de bien y de provecho. Después de todo… “¿Quién te va a querer como te quiere tu madre?

Frases de una madre mexicana

Interesante estas frases… algunas de ellas si se las oí decir a la mía, jejeje… saludos: GZ

Fuente: http://matadornetwork.com/es/34-frases-para-toda-ocasion-de-una-madre-mexicana/

Sabemos que las madres mexicanas son personajes por demás peculiares, pero si algo las distingue, es precisamente el conjunto de frases domingueras del que todos hemos sido víctimas en reiteradas ocasiones. Aquí les dejo algunas frases típicas que revivirán recuerdos y que pueden servir de inspiración a nuevas generaciones. Ser una madre así o tener una madre así…

1. Para fomentar la convivencia en familia: “Al rato que llegue tu papá vamos a ajustar cuentas.”

2. Para poner las cosas en perspectiva: “No sabes ni lavar calzones y ya quieres andar de novio.”

3. Para promover la ley del mínimo esfuerzo: “Si corres te va a ir peor…”

4. Para consolarte después de algún malentendido: “¿Quién te manda a andar de cabrón?”

5. Para que aprendas el valor simbólico de los objetos: “¿Me vas a hacer ir a buscar la chancla?”

6. Para iniciarte en el conocimiento herbolario mexicano: “¡Te encargué cilantro!”

7. Para que te acabes la sopa: “Se me hace que a alguien no le van a traer nada los Santos Reyes (o Reyes Magos).”

8. Para que no te acabes la sopa: “Tragas como pelón de hospicio ¡qué bárbaro!”

9. Para recordarte la importancia de la buena comunicación: “Me tienes con el Jesús en la boca ¿qué no conoces el teléfono?”

10. Para que sepas que la limpieza es más importante que el libre tránsito: “No pases que acabo de trapear.”

11. Para demostrarte que las enfermedades son más que virus y bacterias: “No andes descalzo que te vas a enfermar.”

12. Para recordar tu dependencia económica: “Cuando tengas tu casa podrás hacer lo que se te pegue la gana.”

13. Para apelar a la intervención divina: “¡Pero hay un dios que todo lo ve!”

14. Para inculcarte buenas maneras: “¡Saluda bien!”

15. Para enseñarte que hay formas sutiles de decir las cosas: “¿Qué a tus amigos no los quieren en su casa?”

16. Para demostrarte que nadie es indispensable: “¿Verdad señor que usted se lleva a los niños que se portan mal?”

17. Para enseñarte que hay asuntos que es mejor tratar en privado: “Ahorita que lleguemos a la casa vas a ver.” 

18. Para reforzar el status quo en la casa: “¿Me estás avisando o me estás pidiendo permiso?”

19. Para que entiendas que cuando tú vas, ella ya viene: “Tú crees que yo nací ayer, ¿verdad?”

20. Para enseñarte buenas maneras: “¡No me voltees los ojos que te surto!”

21. Para que aprendas lo que es planificación familiar: “No vayas a echar a perder tu vida por una calentura.”

22. Para que entiendas que a veces las cosas sólo se pueden poner peor: “Síguele y te voy a dar razón para que llores.”

23. Para recordarte el valor de las matemáticas: “Te voy a contar hasta tres…”

24. Para demostrarte que nunca buscas bien las cosas: “Si voy y lo encuentro ¿qué te hago?”

25. Para que aprendas a valorar el silencio: “¡Cuidadito me respondas!”

26. Para que te des cuenta que ella SÍ puede ver el futuro: “Me lo vas a agradecer cuando seas grande.”

27. Para que aprendas a argumentar mejor: “Y si Chuchito se tira a un pozo, ¿te vas a tirar tú también?”

28. Para enseñarte que hay casos en los que la lógica no aplica: “¡Si te digo que no es porque no!”

29. Para reclamar atención: “¿Y ese milagro que te acuerdas de que tienes madre?”

30. Para demostrar tu inutilidad: “¿Qué va a ser de ti el día que yo falte? ¡No sabes ni freír un huevo!”

31. Para que nunca olvides esos pequeños detalles: “¿Y mi beso?”

32. Para enseñarte el buen uso de las metáforas: “¡A ver si ya limpias tu chiquero!”

33. Para ejercitar tu memoria: “¿Cuándo te di permiso?”

34. Y para que recuerdes que eres el centro del mundo: “Y a mí que me importa lo que hagan los demás, a mí me importas tú…”

El dia que murió el Rock

Hoy se cumplen 56 años de la muerte de los llamados primeros mártires del rocanrol… en el llamado «día en que murió la música»… 3 de febrero de 1959 fallecían en accidente de avión Buddy Holly, Ritchie Valens y el Big Bopper. Se truncaba una carrera que despegaba bien de Ritchie Valens, una carrera de solista con varios éxitos ya en la radio del Buddy Holly (ya sin sus Crickets) y del Big Bopper que empezaba a tener un éxito con su tema «Chantilly Lace». Descansen en paz… y su música siempre será oída, reproducida y jamás olvidada….

buddy y valens

Pueden leer mas sobre el Buddy Holly (que era la estrella en ese momento), les dejo el enlace del blog de mi buen amigo Andrés Lang de Radio Mezcalito:

http://www.radiomezcalito.com/2009/11/buddy-holly-50-anos-sin-rock-and-roll.html

Igualmente, les dejo estos videos del You Tube….

Chantilly Lace / The Big Bopper

https://www.youtube.com/watch?v=Pfx4N_-k0m4

That’ll be the day – Buddy Holly & The Crickets

https://www.youtube.com/watch?v=9nrInsANB8Q

Ooh my head! – Ritchie Valens

https://www.youtube.com/watch?v=ZKIrzldOKTI

Big Bopper 2

Imagen

Buena semana…

gato piripi

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