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Feliz Año 2008

Les deseo feliz año nuevo 2007-2008 y les reenvío esto que ví en la versión electrónica del periódico «Excelsior» del día de hoy. Saludos afectuosos: Gustavo
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El naco: una teoría

Armando Román Zozaya
02-Ene-2008

La palabra naco es de uso común entre los mexicanos. Se trata de un término agresivo con el cual suele calificarse a quienes no tienen dinero y/o les falta “clase” y/o no son de piel blanca. Dado lo anterior, sería bueno que naco dejara de ser parte de nuestro léxico. Pero la realidad es que se trata de uno de sus componentes básicos. Por ello, vale la pena reflexionar sobre su significado.

Para mí, lo naco no se refiere a una condición económica/social/racial; sino, en todo caso, de una actitud. Veamos.

Bases de una teoría del naco:

1) Definición: el naco es un individuo que sufre de egoísmo exacerbado. Puede ser moreno, blanco, hombre, mujer, etcétera. Está presente en todo lugar del mundo. Asimismo, hay nacos ricos, pobres y de clase media. De igual forma, el naco existe a nivel doctorado, a nivel analfabeta y entre ambas categorías.

2) El interés del naco: al naco sólo le importa él mismo. Sus deseos se deben cumplir sí o sí: nunca dejará de hacer algo, por consideración a los demás.

3) Acciones típicas del naco: el naco se mete en la fila y/o se pasa el alto a propósito. Pone su estéreo a todo volumen, aun cuando no deja dormir a sus vecinos. Se estaciona en doble fila, aunque eso signifique que alguien no pueda mover su coche. Manosea a las mujeres en el Metro: se le antojó. Fuma en donde está prohibido. Maneja sin respetar los límites de velocidad, etcétera.

En concreto, el naco niega a los demás, los pisotea y minimiza; el otro quien no es él no merece consideración: no es su igual. De hecho, el otro estorba; debe ser eliminado. Evidentemente, se dan casos en los que el naco recurre a la violencia corporal para quitar del camino a quien considera una molestia, pero la eliminación del otro no es necesariamente física; lo que quiero decir es que el naco se comporta como si nadie más existiera.

Todas las acciones mencionadas son características de los nacos. Sin embargo, hay tres que los dibujan a la perfección: a) si a un naco se le señala, por ejemplo, que está prohibido fumar en donde él lo está haciendo, responderá: “¿yyyy?”; b) si usted le dice a un naco que el volumen de la música molesta a los vecinos, él le dirá: “pues que se chinguen” y, c), el naco cree que no es naco.

4) Orígenes del naco: el naco no nace, se hace: desde pequeño asimila que no hay límites a su voluntad. Así, el naco es resultado de una formación personal deficiente: de niño no aprendió a convivir en sociedad y, como adulto, no se ha molestado en hacer algo al respecto.

Ahora bien, cualquiera puede cometer una nacada: todos podemos ser víctimas de nuestro egoísmo. No obstante, de lo que aquí estoy hablando no es de eso, sino de la naquez como una forma de ser. Por ello, el naco es quien, con dolo, cotidiana y, a veces, orgullosamente, niega a los demás: para él eso es lo normal; así vive.

5) Las consecuencias de la naquez: el naco es nocivo para la colectividad: no trata a los otros como sus iguales. Sus acciones constituyen atentados contra la civilidad. Así, “gracias” al naco, la sociedad encara costos y/o sufre riesgos innecesarios.

6) México y los nacos: como en todo lugar, en México hay nacos. Súbase usted a un microbús y lo constatará: choferes que no respetan a nadie y pasajeros manolarga. Si no, entonces vaya usted a la colonia Condesa, DF: el escándalo en las calles prevalece hasta altas horas de la noche. ¿Y quienes ahí viven? Bien, gracias. Circule usted en una de nuestras autopistas: le garantizo que, cada cinco minutos, alguien manejando a una velocidad muy superior a lo que el sentido común dicta ya no digamos la ley se le va a encimar al punto de casi golpear su auto. Etcétera.

Si lográramos convencer a los nacos de que siempre será más adecuado vivir en un marco de civilidad y razón, que en uno de agandalle y egoísmo exacerbado, nuestro país sería mejor. Claro está que eso no resolvería todos nuestros problemas, pero sí sería un buen punto de inicio para cambiar a México, pues hay que admitirlo: ¡qué falta nos hace respetarnos mutuamente! ¿O usted qué piensa, amigo lector? (¡Feliz 2008!).

armando.roman@anahuac.mx

Armando Román Zozaya

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